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Diferencia entre prestaciones contributivas y no contributivas
¿qué son las prestaciones contributivas?
La pensión estatal básica de jubilación se abona con independencia de los recursos económicos, pero es una prestación contributiva, no una prestación universal. Las personas que no tienen suficientes cotizaciones a la Seguridad Social cuando alcanzan la edad de jubilación estatal no tienen derecho a una pensión estatal completa. Pueden recibir una parte de la pensión o sólo el complemento de la pensión del cónyuge. Esto refleja el hecho de que el sistema de pensiones en el Reino Unido, así como el sistema de prestaciones por desempleo y enfermedad, fueron diseñados en torno al principio contributivo. Como señalan Dilnot, Kay y Morris (1984) en su amplia revisión de la política de seguridad social, “el informe Beveridge se tomó muy en serio el principio contributivo. Las cotizaciones debían ser calculadas actuarialmente para reflejar las prestaciones recibidas”. Pero “el retroceso de este principio ha sido total… el fondo de la Seguridad Social se redujo a una contabilidad sin sentido y se abandonó el vínculo actuarial entre las cotizaciones y las prestaciones”. En este sentido, nunca hemos aplicado un principio contributivo.
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La pensión estatal es una pensión contributiva que se paga a las personas a partir de los 66 años que tienen suficientes cotizaciones a la seguridad social irlandesa para tener derecho a ella. La pensión estatal contributiva no está sujeta a la comprobación de recursos y puede tener otros ingresos, como una pensión personal o profesional, y seguir recibiendo una pensión contributiva. Al igual que todos los demás ingresos, esta pensión está sujeta a impuestos, pero es poco probable que pague impuestos si es su única fuente de ingresos.
La pensión no contributiva es también una pensión estatal, pero se diferencia de la contributiva en que se basa en la residencia y es una ayuda condicionada a los recursos económicos para las personas de 66 años o más que no tienen derecho a una pensión estatal contributiva en función de su historial de pagos a la seguridad social.
Es muy importante informar a la oficina de prestaciones correspondiente cuando se produzca un cambio en su situación que pueda afectar a su derecho a las prestaciones. Esto se debe a que sus prestaciones dependen de la información que facilitó cuando presentó su solicitud.
Después de separarse de su pareja, es posible que reciba algunas prestaciones o créditos fiscales que no podía obtener cuando vivía en pareja, o puede que reciba una cantidad mayor o menor de las mismas prestaciones y créditos fiscales.
Por lo general, cualquier prestación que se le abone personalmente por sus necesidades, por ejemplo, el subsidio de subsistencia para discapacitados, se seguirá abonando una vez que se haya separado de su pareja. No obstante, debe comunicar a todas las personas que le pagan prestaciones o créditos fiscales que se ha separado, para que puedan comprobar si ello puede afectar a su derecho a las prestaciones.
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A efectos del Reglamento, los trabajadores autónomos son personas que ejercen una actividad por cuenta propia. El concepto de “actividad por cuenta propia” en el sentido del Reglamento se refiere a cualquier actividad o situación equivalente que se considere, en virtud de la legislación nacional en materia de seguridad social del Estado miembro en el que exista dicha actividad o situación, como una actividad por cuenta propia.
Corresponde a los Estados miembros determinar quién se considera que ejerce una actividad por cuenta propia. Si un Estado miembro decide someter a determinadas categorías de personas económicamente inactivas a un régimen de seguridad social para trabajadores autónomos, estas categorías de personas ejercen una actividad por cuenta propia en el sentido del Reglamento.
En los Estados miembros que aplican regímenes distintos y claramente definidos para los trabajadores por cuenta propia, es bastante fácil determinar quién ejerce una actividad por cuenta propia a efectos del Reglamento. Sin embargo, otros Estados miembros tienen regímenes generales de seguridad social que cubren a todos los residentes o a toda la población activa. En estos casos, la noción de actividad por cuenta propia debe deducirse de otra rama de la seguridad social que aplique tal distinción.