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Playa de las catedrales en galicia
wikipedia
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La Praia das Catedrais (español: playa de las Catedrales, inglés: Beach of the Cathedrals) se encuentra en la costa noroeste de España. Es el nombre dado por la industria turística a la Praia de Augas Santas (traducido del gallego: “Playa de las Aguas Santas”). La playa está situada en el municipio de Ribadeo, en la provincia de Lugo (Galicia), en la costa cantábrica, y se encuentra a unos diez kilómetros al oeste de la ciudad de Ribadeo. Su nombre deriva de sus formaciones acantiladas.
Los rasgos característicos de la playa son sus arcos y cuevas naturales, que sólo pueden verse con la marea baja. Durante la marea alta, la playa parece pequeña, pero sigue siendo apta para el baño. Durante la marea baja es más evidente el tamaño de sus acantilados y cuevas marinas, que van desde pequeñas grietas en la roca hasta grandes cuevas cuyos techos se han derrumbado debido a la erosión de las olas.
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La región noroeste de España, Galicia, es conocida por su peregrinaje medieval a Santiago de Compostela, su marisco y su lluvia (a menudo interminable). A diferencia de otras zonas del país, compuestas en su mayoría por interminables campos de cereales y olivares, la verde Galicia alberga varias maravillas naturales, como las Islas Cíes frente a la costa de Vigo, el Cañón del Sil a las afueras de Ourense y, quizá la más famosa de todas, la Praia das Catedrais, en la costa norte de la provincia de Lugo.
En gallego, se llama literalmente “playa de las catedrales” por las formaciones rocosas erosionadas que parecen los arbotantes de una catedral gótica que se adentra en el océano. Siguiendo con este tema, el nombre oficial de esta hermosa playa es Praia das Augas Santas, la playa de las aguas sagradas. Sea cual sea el nombre de este maravilloso tramo de costa, la Praia das Catedrais es una estupenda excursión de un día desde la ciudad amurallada de Lugo… ¡siempre que se pueda llegar durante la marea baja!
Cuando visité esta playa, las vistas eran realmente bonitas desde el mirador junto al aparcamiento, pero obtuve una perspectiva completamente diferente a nivel del mar cuando mis amigos y yo paseamos por la arena empapada y nos adentramos y rodeamos los desgastados acantilados. Remolinos de mareas, cavernas inquietantes y puentes naturales se presentaron ante nosotros como exploradores; asegúrate de aprender de mi error y llevar chanclas para poder disfrutar de la suave arena entre los dedos de los pies y vadear arroyos hasta llegar a patios aislados de acantilados y musgo.
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En Galicia, cuando la fuerza del mar se une a la paciencia del tiempo el resultado es una obra de arte… la playa das Catedrais, un monumento natural con una dimensión sobrenatural. Sólo hay que esperar a que baje la marea, quitarse los zapatos y empezar a caminar… y se sentirá en el séptimo cielo.
No hay nada como disfrutar de la vista de los arbotantes de 30 metros de altura, adentrarse en las cuevas marinas con cúpulas de aguja, descubrir la insólita visión de los arcos dentro de los arcos. O simplemente deambular por los pasillos de arena rodeados de muros de pizarra, como en una imponente y caprichosa nave central. Y siempre con los pies en la arena y la cabeza en el cielo. Estás dentro de la catedral del mar.
El escalón que forma la llamada plataforma cantábrica alcanza aquí la categoría de monumento geológico. En los acantilados el mar ha esculpido toda una serie de arcos, columnas y bóvedas que dieron lugar a la zona situada entre las playas de Augasantas y Carricelas y que los turistas conocen como la Praia das Catedrais.
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La Marina de Lugo es una fuente inagotable de maravillas naturales que conviven con un espectacular patrimonio histórico. Este tramo de la costa gallega, bañado por las aguas del Cantábrico, esconde mágicas leyendas de sirenas y marineros entre las caprichosas formas de sus acantilados.
La playa invita a tumbarse en sus suaves rocas, donde mecido por el rítmico oleaje se puede tomar el sol o hacer una agradable siesta. La subida al faro de Roncadoira es la parte más dura de la ruta; las gaviotas parecen perder el equilibrio mientras las olas chocan con gran fuerza contra los acantilados.
Comenzamos nuestro viaje en la localidad de Ribadeo, en la desembocadura del río Eo, frontera natural con Asturias, en el corazón de la Marina de Lugo. El espléndido pasado de la localidad se puede comprobar dando un paseo por su encantador casco histórico, lleno de bellas construcciones realizadas por los emigrantes retornados de Sudamérica. Al llegar al puerto, podemos dar un pequeño paseo por un escarpado acantilado. En medio de la ruta, pararemos para admirar el flysch cántabro desde el mirador de Santa Cruz, a casi 200 metros de altura. Desde allí también podemos ver la isla Pancha y dos pintorescos faros azules y blancos. El más corto de los dos tiene planta cuadrada y data de finales del siglo XIX, mientras que el otro es mucho más reciente, construido en 1987.