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Ruta de las caras de buendia
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Visitar la provincia de Cuenca es una bonita escapada gracias a sus numerosos atractivos. Conocida por sus pueblos y su arquitectura, también cuenta con un entorno natural sorprendente. La Ruta de las Caras, situada a poca distancia de Madrid y Guadalajara, es una de las actividades de senderismo más peculiares de la provincia.
A pesar de su proximidad a la capital, es uno de esos lugares de la España desconocida, una joya escondida que merece la pena descubrir. La zona es de especial interés no sólo por estar en plena naturaleza, sino también por las 18 esculturas que se encuentran a lo largo de la ruta circular. Un lugar mágico lleno de misticismo y simbolismo.
El entorno natural de la zona es espectacular, pero lo que la ha convertido en una ruta de lo más peculiar son sus 18 esculturas talladas en piedra arenisca. Todas ellas con diferentes temáticas y tamaños que van desde los 30 cm hasta los seis metros de altura.
El origen de estas esculturas comenzó en 1992, cuando los artistas Eulogio Reguillo y Jorge Maldonado aprovecharon las características maleables de la arenisca de la zona para esculpirlas. La primera obra terminada, conocida como La Monja, se completó ese mismo año. En 2007 se realizó la última escultura, hasta las 18 que existen en la actualidad, realizadas por nuevos artistas que se incorporaron al proyecto. Todas ellas están divididas en tres grupos. Algunas de ellas tienen carteles informativos con información sobre la obra, como la fecha o el autor.
Ruta de las caras – buendía
En la zona conocida como “La Península”, a sólo 3 ó 4 km de Buendía, se combinan el arte y la naturaleza. En 1992, el restaurador de fachadas Eulogio Reguillo y el ceramista Jorge Juan Maldonado comenzaron a tallar con picos, cinceles y otras herramientas esculturas en las rocas de arenisca. Algunas de ellas están inspiradas en dioses indios, budas, cruces templarias e incluso en el director de orquesta y pianista Beethoven.
Actualmente, la Ruta de los Rostros cuenta con 18 esculturas de diferentes dimensiones, desde 70 centímetros hasta 4 metros de altura, que encontraremos a lo largo del recorrido circular de aproximadamente 1,5 km, y que nos permiten disfrutar, junto a las impresionantes esculturas, de las hermosas vistas en este entorno natural de los humedales de Buendía.
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Intrincados rostros esculpidos en la fachada natural del entorno se funden con el ya de por sí bello y simbólico paisaje de los pantanos de Buendía en un lugar conocido como la Ruta de las Caras. El nombre se traduce como “Ruta de las Caras”, donde una serie de senderos o “rutas” llevan a los visitantes por un viaje cultural y artístico de descubrimiento espiritual.
Los pantanos de Buendía están repletos de densos bosques de pinos y roca arenisca, en la que se han esculpido unas 18 esculturas y bajorrelieves. Varios artistas se han unido a lo largo de los años para crear la impresionante colección, que cuenta con obras de entre 1 y 8 pies de altura.
Tanto los amantes del arte como los de la naturaleza vienen desde kilómetros de distancia para disfrutar de estas esculturas, que rompen los límites de los museos tradicionales y dejan atrás las zonas urbanas más artísticas por la tranquila serenidad del bosque. El arte sirve para explorar y magnificar la relación profundamente complementaria entre la escultura y la naturaleza, tanto para el artista como para el espectador.
La reflexión sobre esta simbiosis se ve reforzada por la naturaleza espiritual del arte, ya que los rostros tienen un significado místico-religioso. El concepto de formas humanas inscritas en contextos naturales, totalmente integradas en la piedra arenisca en este caso, es una noción profundamente arraigada en la condición humana. Las culturas siempre han considerado nuestra relación con el resto del mundo tratando de integrar ambos, a menudo a través de la escultura artística, que se encuentra desde el Egipto faraónico hasta estas estatuas modernas.
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En las orillas del pantano de Buendía, en la provincia conquense de Castilla la Mancha, se encuentra una fascinante ruta de senderismo, diferente a cualquier otra de España. Esculpida en la fachada natural de las rocas y salpicada por el bello paisaje de la zona se encuentran 18 rostros tallados y bajorrelieves. Se trata de la Ruta de las Caras. La zona, cercana a la ciudad de Madrid, está repleta de densos pinares y afloramientos de roca arenisca, con vistas a las aguas del embalse de Buendía. Recorriendo los senderos que atraviesan este paisaje, el espectador se adentra en un viaje cultural y artístico de descubrimiento espiritual.
La ruta es perfecta tanto para los amantes de la naturaleza como del arte, y nos saca del entorno tradicional de los museos para adentrarnos en un bosque más natural y sereno, permitiendo al espectador ver la relación entre el arte y la propia naturaleza. Varios artistas han colaborado a lo largo de los años en este asombroso recorrido artístico, creando una impresionante y llamativa colección de esculturas, cuyo tamaño oscila entre 1 y 8 pies de altura. Cada rostro tiene un significado místico o religioso detrás y, tallado en la piedra arenisca natural, recuerda al Egipto faraónico, y los propios artistas dicen que se inspiraron en las culturas precolombinas, pero continuaron sus esculturas sólidas y redondeadas compartiendo rasgos de los modelos de posición del frente oriental, particularmente la India. Estas esculturas reflejan en sus rostros lo que algunos llaman la sonrisa arcaica, utilizada por los artistas como un recurso que da a los rostros misteriosos un rasgo característico. Una de las esculturas más famosas, de la que ya se habían visto varias fotos sin saber dónde estaba, es un enorme cráneo situado en la cima de un montículo. Todas las figuras son de una belleza excepcional. Parecen haber dormido en la roca durante siglos.