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Si recibe una pensión de un empleo público pero no pagó los impuestos de la Seguridad Social mientras tenía el empleo, reduciremos sus prestaciones de cónyuge, viuda o viudo de la Seguridad Social en dos tercios del importe de su pensión pública. Esta compensación se conoce como GPO.
Si tiene una estimación de su prestación mensual de jubilación de la Seguridad Social (en dólares futuros, inflados), puede utilizar el Instituto de Investigación de Beneficios para Empleados (EBRI), Ballpark E$timate Online, para tener una idea básica de cuánto necesita ahorrar antes de jubilarse.
Elegir el momento de la jubilación es una decisión importante y personal. La mejor manera de empezar a planificar su futuro es crear una cuenta de mi Seguridad Social. Con mi Seguridad Social, puede verificar sus ingresos, obtener su declaración de la Seguridad Social y mucho más, todo ello desde la comodidad de su casa u oficina.
Los fondos fiduciarios de la Seguridad Social son cuentas financieras en el Tesoro de Estados Unidos. Existen dos fondos fiduciarios de la Seguridad Social: el Fondo Fiduciario del Seguro de Vejez y Supervivencia (OASI), que paga las prestaciones de jubilación y supervivencia, y el Fondo Fiduciario del Seguro de Invalidez (DI), que paga las prestaciones de invalidez.
Los impuestos de la Seguridad Social y otros ingresos se depositan en estas cuentas, y las prestaciones de la Seguridad Social se pagan con ellas. Los únicos fines para los que pueden utilizarse estos fondos fiduciarios son el pago de las prestaciones y los costes administrativos del programa.
Los fondos fiduciarios de la Seguridad Social guardan el dinero que no se necesita en el año en curso para pagar las prestaciones y los costes administrativos y, por ley, lo invierten en bonos especiales del Tesoro que están garantizados por el Gobierno de los Estados Unidos. Los fondos fiduciarios reciben un tipo de interés de mercado por los bonos que poseen, y cuando esos bonos llegan a su vencimiento o se necesitan para pagar las prestaciones, el Tesoro los rescata.
Su pensión se calculará en función de su historial de seguro en cada país: la suma que recibirá de cada uno de estos países corresponderá a la duración de su cobertura de seguridad social en ellos. Recibirá una nota de síntesis (documento P1) que le dará una visión general de las decisiones tomadas por cada país sobre su solicitud.
Aunque haya trabajado en varios países, debe solicitar su pensión en el país donde reside, salvo que nunca haya trabajado allí. En este último caso, debe solicitarla en el país donde trabajó por última vez.
Su pensión se pagará independientemente del lugar en el que se encuentre o resida dentro de Europa (UE 27 + Islandia, Liechtenstein, Noruega o Suiza). Para conocer las condiciones en otros países, consulte nuestras preguntas frecuentes.
La Seguridad Social se enfrenta a un problema de financiación a largo plazo. Muchos trabajadores jóvenes creen que el problema es tan grave que quizá nunca reciban un cheque de la Seguridad Social. La solución más lógica al problema de financiación de la Seguridad Social es recortar las prestaciones prometidas y aumentar moderadamente los impuestos sobre la nómina. Una forma sensata de reducir las prestaciones futuras es aumentar la edad de acceso a la jubilación y la edad normal de jubilación para las pensiones. Esta reforma se justifica por el aumento sustancial de la esperanza de vida que se ha producido desde la creación de la Seguridad Social en la década de 1930. Un aumento de la esperanza de vida, cuando la edad normal de jubilación permanece inalterada, equivale a un aumento considerable de las prestaciones vitalicias de la Seguridad Social.
Aumentar la edad de jubilación es impopular entre los votantes. Desgraciadamente, también lo son todas las demás reformas que restablecerían la solvencia de la Seguridad Social, incluidas las subidas de impuestos y los recortes en la fórmula de cálculo de las pensiones completas.
A muchos responsables políticos les preocupa que, aunque la esperanza de vida de los estadounidenses haya aumentado, su capacidad para trabajar más allá de los 60 años no haya mejorado y, de hecho, pueda haber disminuido. Aunque esto puede ser cierto para una minoría de trabajadores, los mejores datos sugieren que no es cierto para la mayoría de la población de entre 60 y 70 años. Por término medio, el estado de salud y la capacidad de trabajo de los estadounidenses de 60 años han mejorado en consonancia con las mejoras en su longevidad. El descenso de las tasas de empleo entre los estadounidenses de 60 a 70 años no se ha debido a la disminución de la capacidad de trabajo, sino al aumento de las pensiones de la Seguridad Social y de las pensiones privadas, al incremento de la riqueza, a la mayor disponibilidad de ingresos por discapacidad y al cambio del gusto por la vida de jubilación. No obstante, cualquier aumento de la edad de acceso a la jubilación o una profunda reducción de las prestaciones disponibles para los trabajadores de 62 años debería prever disposiciones especiales para los trabajadores con problemas de salud. Las prestaciones del Seguro de Invalidez podrían estar disponibles bajo normas de elegibilidad liberalizadas para los trabajadores con carreras estables en ocupaciones físicamente exigentes.