Contenidos
Derecho a asistencia sanitaria sin trabajar
Derecho a la vida
El derecho a la salud forma parte de un conjunto de normas de derechos humanos acordadas internacionalmente, y es inseparable o “indivisible” de estos otros derechos. Esto significa que la realización del derecho a la salud es fundamental y depende de la realización de otros derechos humanos, como la alimentación, la vivienda, el trabajo, la educación, la información y la participación.
La desventaja y la marginación sirven para excluir a determinadas poblaciones de las sociedades del disfrute de una buena salud. Tres de las enfermedades transmisibles más mortales del mundo -la malaria, el VIH/SIDA y la tuberculosis- afectan de forma desproporcionada a las poblaciones más pobres del mundo, y en muchos casos se ven agravadas y exacerbadas por otras desigualdades e inequidades, como el género, la edad, la orientación sexual o la identidad de género y la situación migratoria. Por el contrario, la carga de las enfermedades no transmisibles -que a menudo se percibe como algo que afecta a los países de altos ingresos- está aumentando de forma desproporcionada entre los países y poblaciones de bajos ingresos, y está asociada en gran medida a factores de estilo de vida y de comportamiento, así como a determinantes ambientales, como la vivienda segura, el agua y el saneamiento, que están inextricablemente vinculados a los derechos humanos.
La asistencia sanitaria es un derecho humano básico
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU ha declarado que la salud es un derecho humano fundamental indispensable para el ejercicio de otros derechos humanos. Todo ser humano tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud que le permita llevar una vida digna.
Australia es parte de siete tratados internacionales fundamentales de derechos humanos. El derecho a la salud está recogido en el artículo 12(1) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
Aunque el PIDESC no contiene ninguna definición de salud, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU ha declarado que el derecho a la salud no debe entenderse como un derecho a estar sano. Según el Comité, el derecho contiene tanto libertades como derechos. Las libertades incluyen el derecho a controlar la propia salud y el propio cuerpo, incluida la libertad sexual y reproductiva, y el derecho a no sufrir injerencias, como el derecho a no sufrir torturas, tratamientos médicos no consentidos y experimentos. Por el contrario, los derechos incluyen el derecho a un sistema de protección de la salud que proporcione igualdad de oportunidades para que las personas disfruten del nivel más alto posible de salud.
El derecho a la salud contiene derechos y libertades
“El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”.
El derecho a la salud también significa que toda persona debe tener derecho a controlar su propia salud y su cuerpo, incluido el acceso a información y servicios sexuales y reproductivos, sin violencia ni discriminación.
Toda persona tiene derecho a la intimidad y a ser tratada con respeto y dignidad. Nadie debe ser sometido a experimentos médicos, a exámenes médicos forzados o a tratamientos sin el consentimiento informado.
Pero cuando las personas tienen la oportunidad de participar activamente en su propia atención, en lugar de ser receptores pasivos, y se respetan sus derechos humanos, los resultados son mejores y los sistemas sanitarios son más eficientes.
Hago un llamamiento a todos los países para que respeten y protejan los derechos humanos en la sanidad: en sus leyes, sus políticas y sus programas sanitarios. Debemos trabajar todos juntos para combatir las desigualdades y las prácticas discriminatorias, de modo que todos puedan disfrutar de los beneficios de una buena salud, independientemente de su edad, sexo, raza, religión, estado de salud, discapacidad, orientación sexual, identidad de género o situación migratoria.
Todos los derechos humanos
El derecho a la salud es el derecho económico, social y cultural a un nivel mínimo universal de salud al que tienen derecho todas las personas[cita requerida] El concepto de derecho a la salud se ha enumerado en acuerdos internacionales que incluyen la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Existe un debate sobre la interpretación y la aplicación del derecho a la salud debido a consideraciones como la definición de la salud, qué derechos mínimos abarca el derecho a la salud y qué instituciones son responsables de garantizar el derecho a la salud.
En el preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1946 se define la salud en sentido amplio como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”[1] La Constitución define el derecho a la salud como “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr”, y enumera algunos principios de este derecho como el desarrollo saludable del niño; la difusión equitativa de los conocimientos médicos y sus beneficios; y las medidas sociales proporcionadas por el gobierno para garantizar una salud adecuada.