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Vacuna para la leishmaniasis
vacuna contra la leishmania para perros
El parásito que causa la leishmaniosis es la Leishmania, que es un tripanosomátido. La enfermedad se propaga a través de los flebótomos. Los animales, como los perros, pueden ser un vector para tener el parásito, propagándolo a los flebótomos, y de los flebótomos a los humanos. Una estrategia de vacunación para controlar o eliminar la leishmaniasis podría incluir el desarrollo de una vacuna para humanos y otras vacunas para animales.
Las personas que se recuperan de la leishmaniasis adquieren inmunidad frente a la reinfección[5]. La “leishmanización” es la práctica de la inoculación con Leishmania viva para inducir una leishmaniasis cutánea (LC) leve para prevenir una futura infección peligrosa[5][6]. Algunas culturas beduinas y kurdas practicaban la leishmanización como medicina tradicional[7][8]. Existen relatos históricos y décadas de investigación médica que describen su eficacia[7].
Un artículo de 2015 afirmaba que el desarrollo y el uso de una vacuna sería la mejor manera de eliminar la leishmaniasis del sur de Asia[9]. Los intentos de crear una vacuna con Leishmania viva, inactivada o atenuada han fracasado[10]. Los intentos de crear una vacuna de péptidos, ADN o proteínas han mostrado su eficacia en modelos de vacunas animales, pero no son eficaces en humanos[10].
efectos secundarios de la vacuna letifend
Vacuna contra la Leishmania: un reto que puede convertirse en realidadPara el control de cualquier enfermedad infecciosa, es la vacunación, que puede utilizarse como medio rentable. Se han utilizado con éxito varias vacunas para controlar diversas infecciones, e incluso para completar la erradicación de enfermedades como la viruela y la poliomielitis. Al igual que otras enfermedades infecciosas, la leishmaniasis también debería poder controlarse mediante la vacunación, a la vista de las pruebas obtenidas en estudios realizados en seres humanos y en modelos animales. Sin embargo, actualmente no existe ninguna vacuna en el mercado a pesar de los grandes esfuerzos realizados. Por lo tanto, se plantea la cuestión de cuáles son las razones o las limitaciones para desarrollar una vacuna antileishmania con éxito. En nuestra opinión, algunas de las cuestiones clave son:
Este trabajo fue apoyado por la Comisión Europea a través de un proyecto de colaboración Grant No. 602773 (HEALTH-F3-2013-602773) bajo la categoría FP7-Health-2013-Innovation, KINDReD (Kinetoplastid Drug Development: Strengthening the preclinical pipeline). También se agradece la beca de investigación del All India Institute of Medical Sciences de Nueva Delhi a Saumya Srivastava y Prem Shankar.
vacunas contra la leishmania: avances y problemas
La vacunación con ADN de la proteína de membrana kinetoplástida-11 induce una protección completa contra las cepas de Leishmania donovani sensibles y resistentes al antimonial pentavalente que se correlaciona con la actividad de la óxido nítrico sintasa inducible y la generación de IL-4: evidencia de respuestas mixtas tipo Th1 y Th2 en la leishmaniasis visceral.
La inmunización con una vacuna poliproteica compuesta por los antígenos antioxidantes específicos del tiol, la proteína 1 inducible por estrés de Leishmania y el factor de iniciación de la elongación de Leishmania protege contra la leishmaniasis.
Terapia de pacientes venezolanos con lesiones mucocutáneas o tempranas graves de leishmaniasis cutánea difusa con una vacuna que contiene promastigotes de Leishmania pasteurizados y bacilo de Calmette-Guerin: informe preliminar.
Respuesta inmunitaria protectora contra la leishmaniasis cutánea mediante regímenes de inmunización de primo/refuerzo con recombinantes del virus vaccinia que expresan Leishmania infantum p36/LACK e IL-12 en combinación con p36 purificado.
La vacunación con la proteína ribosomal ácida P0 de Leishmania infantum más oligodeoxinucleótidos CpG induce protección contra la leishmaniasis cutánea en ratones C57BL/6 pero no previene la enfermedad progresiva en ratones BALB/c.
letifend vs canileish
La leishmaniosis visceral canina es un problema de salud pública cada vez más importante. Los perros infectados por Leishmania infantum son el principal reservorio doméstico del parásito y desempeñan un papel fundamental en su transmisión al ser humano. Los recientes descubrimientos han contribuido al desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico y de medidas de control, como las vacunas, algunas de las cuales ya están disponibles en el mercado. Sin embargo, hay que seguir procedimientos cuantitativos para confirmar si estas vacunas provocan una respuesta inmunitaria mediada por células. El presente trabajo describe la necesidad de esta evaluación y las técnicas disponibles para confirmar este tipo de respuesta inmunitaria.
La leishmaniosis visceral zoonótica (LVZ) es una enfermedad transmitida por vectores y causada por el parásito protozoario Leishmania infantum (syn. Leishmania chagasi). En el Viejo Mundo, el parásito se transmite por la picadura de moscas de la arena pertenecientes al género Phlebotomus; en el Nuevo Mundo, los miembros del género Lutzomyia asumen este papel. La ZVL se da en la Europa mediterránea, en el norte de África y en Oriente Próximo, en Asia Central, en China y en América Latina, apareciendo en focos que coinciden precisamente con la distribución geográfica de los vectores de la enfermedad. La incidencia de la leishmaniasis visceral humana (LVH) se estima en 4.500-6.800 casos en las Américas, 1.200-2.000 en los países mediterráneos y 5.000-10.000 en todo Oriente Medio hasta Asia Central (1).