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La iglesia de San Antonio de los Alemanes es una hermosa joya artística y arquitectónica oculta de Madrid. La fama de las iglesias más conocidas de Madrid ha eclipsado su nombre pero la luminosidad de su interior difícilmente puede compararse con ninguna otra de la ciudad.
Madrid está repleta de iglesias, conventos y edificios religiosos interesantes. La mayoría de los turistas se decantan por la Catedral de la Almudena, pero hay otras iglesias atractivas como la de San Andrés, San Jerónimo, San Francisco, el Convento de las Descalzas y otras igualmente bellas. Algunas de ellas son puras joyas pero desgraciadamente estos templos pasan desapercibidos para muchos. En este post vamos a descubrir un poco más sobre uno de ellos: San Antonio de los Alemanes.
El interior fue diseñado por Michelangelo Colonna y el artista que comenzó con las pinturas de la cúpula fue Francisco Rizzi (más conocido por su contribución al Monasterio de El Escorial). Esta cúpula también es conocida como la “Capilla Sixtina española”. El parecido está ahí. La pared fue pintada por Lucas Gordano y los altares fueron realizados por Eugenio Cajés. Otros elementos importantes son el órgano o las lápidas de algunos infantes de Castilla.
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La iglesia tiene planta elipsoidal, construida por el arquitecto Pedro Sánchez, desde 1624 como complemento del Hospital de Portugueses, creado por Felipe III en 1606. Tras la independencia de Portugal, el nombre de la Iglesia y del Hospital cambió a San Antonio de los Alemanes. El interior de la iglesia tiene un techo con pinturas al fresco que representan temas relacionados con la vida de San Antonio de Padua.El escultor portugués Manuel Pereira colaboró en su decoración y los pintores fueron de origen italiano, Vicente Carducho y Eugenio Cajés.
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La iglesia fue construida entre 1624 y 1633 durante el reinado de Felipe III. El siglo XVII fue un siglo de crisis en toda Europa, pero especialmente en la costa mediterránea y en la Península Ibérica. En la corona española la crisis comenzó antes y fue más profunda que en el resto de Europa.Cuando se construyó esta iglesia, aparecieron varios problemas demográficos. Las epidemias críticas, entre las que se encuentran las de peste, se repitieron coincidiendo con épocas de carestía y hambre, por ejemplo, en la provincia de Sevilla, se encontraron más de 60.000 habitantes muertos en la peste de 1647.
La construcción de la iglesia de San Antonio de los Alemanes comenzó en 1624, y las obras se prolongaron hasta 1633. Se construyó como complemento del Hospital de San Antonio de los Portugueses, creado en 1606 por el rey Felipe III. Su construcción fue encargada por Felipe III porque se financió para la atención espiritual.
Nacido en 1569 en Vilamoura de la Zarza, pueblo de Tarancón, en Cuenca, Pedro Sánchez vino al mundo en el seno de una familia humilde. Tras recibir cierta formación como alarife y después de haberse trasladado con su familia a Andalucía, ingresó en el noviciado jesuita de Montilla en 1591.
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La Iglesia de San Antonio de los Alemanes, es uno de los tesoros escondidos en el centro de Madrid y que realmente vale la pena visitar. Hace tiempo, en este blog, escribimos sobre la Ermita de San Antonio de la Florida, una joya situada en pleno centro de Madrid y no suficientemente valorada. La iglesia que visitaremos hoy, podría ser un caso muy similar. Por supuesto, en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes no encontraremos los frescos de Goya como en la ermita de San Antonio de la Florida, pero sin embargo, podremos admirar otras pinturas de incalculable valor. Al igual que la Ermita de San Antonio, esta iglesia no destaca por su belleza exterior siendo una pequeña iglesia de aspecto sobrio que apenas llama la atención de los transeúntes.
Sin embargo, una vez dentro, el contraste es realmente llamativo: una exquisita decoración con un impresionante retablo y magníficas pinturas. El interior deja boquiabierto al visitante, ya que no se espera nada tan bello cuando sólo se ve la iglesia desde el exterior. Se dice que los mejores aromas se encuentran en los pequeños frascos de perfume: este dicho puede atribuirse a esta iglesia del siglo XVII que invita al visitante a sentarse en uno de sus bancos y admirar con calma cada uno de sus rincones. ¿Quiere visitarla con nosotros?