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Como se reproducen los perros
veterinario de reproducción canina
Como todos los mamíferos, el pene del perro está formado por tres piezas de tejido eréctil. Son los dos cuerpos cavernosos y el singular cuerpo esponjoso que se prolonga en el glande. Una diferencia notable con respecto al pene humano es que la parte visible durante la erección está formada en su totalidad por el glande.
El glande del perro consta de dos secciones: Detrás de la parte inferior y larga (pars longa glandis) se encuentra el “nudo” (Bulbus glandis) que se expande sólo después de penetrar la vagina y hace que el perro macho permanezca dentro de la perra (“Tie”) durante algún tiempo después de la eyaculación (normalmente entre 15 y 30 min). Esto aumenta las posibilidades de fecundación e impide, aunque sea por poco tiempo, que otros machos se apareen con una hembra determinada.
Dentro del cuerpo esponjoso se encuentra el baculum. Éste permite que el macho entre en la vagina antes de que el tejido eréctil se hinche. La uretra se encuentra dentro de un surco orientado hacia abajo en el báculo y termina en la punta del pene (proceso uretral).
Durante una erección, se puede ver una pequeña depresión justo por encima de la apófisis uretral. Esto se debe a que la piel de la punta del pene está conectada mediante un cartílago al báculo. Cuando el tejido eréctil se hincha, el tamaño del báculo y del tejido conectivo permanece constante, tirando hacia atrás de la piel de la punta.
¿cuántos cachorros puede tener un perro?
Como todos los mamíferos, el pene del perro está formado por tres piezas de tejido eréctil. Son los dos cuerpos cavernosos y el singular cuerpo esponjoso que se prolonga en el glande. Una diferencia notable con respecto al pene humano es que la parte visible durante la erección está formada en su totalidad por el glande.
El glande del perro consta de dos secciones: Detrás de la parte inferior y larga (pars longa glandis) se encuentra el “nudo” (Bulbus glandis) que se expande sólo después de penetrar la vagina y hace que el perro macho permanezca dentro de la perra (“Tie”) durante algún tiempo después de la eyaculación (normalmente entre 15 y 30 min). Esto aumenta las posibilidades de fecundación e impide, aunque sea por poco tiempo, que otros machos se apareen con una hembra determinada.
Dentro del cuerpo esponjoso se encuentra el baculum. Éste permite que el macho entre en la vagina antes de que el tejido eréctil se hinche. La uretra se encuentra dentro de un surco orientado hacia abajo en el báculo y termina en la punta del pene (proceso uretral).
Durante una erección, se puede ver una pequeña depresión justo por encima de la apófisis uretral. Esto se debe a que la piel de la punta del pene está conectada mediante un cartílago al báculo. Cuando el tejido eréctil se hincha, el tamaño del báculo y del tejido conectivo permanece constante, tirando hacia atrás de la piel de la punta.
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Los perros se reproducen mediante el proceso de apareamiento, en el que el macho monta a la hembra durante la cópula y, tras la fecundación, la hembra experimenta un periodo de gestación de 63 días antes de dar a luz a una camada de cachorros. La perra debe estar en el ciclo de celo para que el proceso de apareamiento tenga éxito.
Los propietarios de perros pueden notar que su perra aumenta de peso y tiene más apetito durante el embarazo, pero estos síntomas también podrían ser un signo de falso embarazo. Para confirmar el embarazo de la perra, los propietarios pueden acudir al veterinario para que les haga una ecografía o una radiografía. Los propietarios de la perra deben preparar un paritorio antes de la fecha prevista para el parto, a fin de dar tiempo a que la perra se acostumbre al entorno del parto.
el perro se reproduce sexualmente o asexualmente
La pubertad o madurez sexual de la perra suele producirse en torno a los 9 ó 10 meses de edad. Las razas más pequeñas suelen entrar en celo antes y algunas hembras pueden tener su primer ciclo de celo a los cuatro meses de edad. Por otro lado, las razas grandes y gigantes pueden tener hasta dos años de edad antes de entrar en celo por primera vez. Para muchas perras, el primer celo es “silencioso” o no presenta signos clínicos asociados al celo. Además, es poco probable que el primer ciclo de celo de muchas perras permita la reproducción con éxito, por lo que la práctica habitual es esperar hasta el segundo o tercer ciclo de celo antes de la reproducción.
Las razas pequeñas suelen tener ciclos más regulares que las razas grandes. El intervalo entre los ciclos de celo suele ser de 4 a 12 meses, con una media de 7 meses. Una excepción son las razas Basenji y de perros de trineo. Estas razas tienden a entrar en celo sólo una vez al año, normalmente en primavera.
La hinchazón de la vulva es el primer indicio físico de un ciclo de celo inminente. Sin embargo, el signo más obvio y reconocible del celo en las perras es el sangrado vaginal. Esto puede no ser evidente hasta unos días después de que la hembra haya entrado en celo. Algunas perras experimentan un fuerte sangrado vaginal durante el celo, mientras que otras tienen un sangrado mínimo. Si le preocupa, consulte a su veterinario.