Animal que se hace el muerto

serpiente que se hace la muerta

La muerte aparente, conocida coloquialmente como hacerse el muerto, fingir la muerte o hacerse el muerto, es un comportamiento en el que los animales adoptan la apariencia de estar muertos. Se trata de un estado de inmovilidad provocado en la mayoría de los casos por un ataque depredador y puede encontrarse en una amplia gama de animales, desde insectos y crustáceos hasta mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. [1][2][3] La muerte aparente también se denomina tanatosis, hipnosis animal, catatonia por inmovilización o inmovilidad tónica, siendo esta última la preferida en la literatura científica sobre el tema [1][3][4][5] La muerte aparente es distinta del comportamiento de congelación observado en algunos animales [1][3].

La muerte aparente es una forma de engaño animal que se considera una estrategia contra los depredadores, pero también puede utilizarse como una forma de mimetismo agresivo. Cuando es inducido por los humanos, el estado se conoce coloquialmente como hipnosis animal. El primer registro escrito de la “hipnosis animal” se remonta al año 1646 en un informe de Athanasius Kircher, en el que sometió a pollos[6].

gato haciéndose el muerto

El otro día encontré otra zarigüeya en mi jardín. Estaba tumbada, haciendo lo que mejor saben hacer, jugar a la zarigüeya. No la toqué porque pensé que no estaba muerta. Cuando volví una hora después, se había ido.

Se les puede llamar zarigüeya, pero no hay que confundirlos con el marsupial de Australia. Ambos mamíferos son de tamaño pequeño o mediano y tienen una dieta omnívora. Sin embargo, ahí acaban las similitudes.

Los animales salvajes tienen varios mecanismos de defensa, y la zarigüeya tiene el más extraño de todos.    Se hacen los muertos para evitar enfrentamientos con los depredadores. Es algo habitual que hacen las zarigüeyas cuando se sienten acorraladas.

Lo que mucha gente no sabe es que este animal no se hace el muerto. Se trata de una respuesta involuntaria a una situación estresante que hace que la zarigüeya entre en shock. La zarigüeya no tiene ningún control sobre esta reacción.

Cuando una zarigüeya se encuentra cara a cara con un depredador, se desmaya o se tira al suelo. Esto es lo que la gente llama hacerse el muerto. El miedo que conlleva la perspectiva de tener que enfrentarse a un depredador hace que se quede sin fuerzas.

pájaro haciéndose el muerto

El mundo natural siempre ha desconcertado a los humanos con sus variadas maravillas. Cada especie de la Tierra posee sus rasgos, comportamientos y mecanismos de defensa únicos. Uno de los aspectos más interesantes de ese comportamiento animal es la capacidad de hacerse el muerto o parecerlo en circunstancias especiales. El término de hacerse el muerto o parecerlo también se conoce como “tanatosis” y parece servir para varios propósitos en diferentes especies. Mientras que la mayoría de las especies fingen la muerte para escapar de los depredadores, algunas también adaptan este comportamiento para capturar presas, mientras que otras incluso utilizan la tanatosis como parte de su ritual de cortejo para acercarse a su pareja. Sea cual sea el motivo, la capacidad de hacerse el muerto es un comportamiento adaptativo único e interesante que sigue enseñándonos una importante lección sobre la supervivencia de las especies.

Lo más habitual es que los animales finjan la muerte para escapar de su depredador. Por ejemplo, la zarigüeya, la única especie marsupial que se encuentra en Norteamérica, cuando se enfrenta a un depredador o a cualquier otra amenaza, empieza a fingir la muerte, entrando en un estado parecido al coma, sin aparente movimiento y con emanación de un olor nauseabundo del cuerpo. Las serpientes nariz de cerdo también se hacen las muertas cuando se ven amenazadas por un depredador. Varias especies de ranas también utilizan la tanatosis como mecanismo de defensa. Los depredadores suelen evitar alimentarse de estas presas muertas por sospechar que están enfermas y, por tanto, muertas.

mangosta haciéndose la muerta

No se trata simplemente de una broma pesada, sino que en el reino animal se hace el muerto por diversas razones de supervivencia. Los animales que se hacen los muertos lo hacen como mecanismo de defensa, para encontrar comida o incluso durante el apareamiento. Este comportamiento se denomina científicamente tanatosis, catatonia o inmovilidad tónica (IT). En general, es un gran mecanismo de defensa porque la mayoría de los animales no se alimentan de presas muertas o en descomposición.

Los científicos no tienen claro por qué lo hacen los tiburones limón, sobre todo porque no tienen depredadores naturales importantes. En cambio, se alimentan de varios animales, como otros tiburones, peces y rayas. Una de las teorías que manejan los científicos es que el hecho de estar de espaldas desorienta a los tiburones y les lleva a hacerse los muertos.

Las zarigüeyas de Virginia son la principal especie asociada a hacerse el muerto. De hecho, influyen en el término “hacerse el muerto”, que significa pasar desapercibido o fingir que se está durmiendo o muerto. Estos animales son grandes trepadores de árboles, emparentados con los canguros, y el único marsupial nativo de Norteamérica.

Cuando se enfrentan a depredadores, como zorros, gatos monteses o perros, las zarigüeyas se tiran al suelo, cierran los ojos, sacan la lengua, babean e incluso omiten una orden, todo ello con el fin de parecer muertas. Por lo general, los depredadores serán tomados por sorpresa para que la zarigüeya pueda escapar. Aunque este comportamiento puede salvarlas de los depredadores, puede ser peligroso cuando están comprobando que la muerte en la carretera es un alimento. Las zarigüeyas pueden asustarse fácilmente con los coches y hacerse las muertas en medio de la carretera.

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