Contenidos
Que es obsolescencia programada
productos de obsolescencia programada
La obsolescencia planificada describe una estrategia que consiste en garantizar deliberadamente que la versión actual de un determinado producto quedará desfasada o inservible en un periodo de tiempo conocido. Este movimiento proactivo garantiza que los consumidores buscarán sustitutos en el futuro, reforzando así la demanda.
La obsolescencia puede lograrse mediante la introducción de un modelo de sustitución superior, o diseñando intencionadamente un producto para que deje de funcionar correctamente en un plazo determinado. En cualquiera de los dos casos, los consumidores favorecerán teóricamente los productos de la siguiente generación en detrimento de los antiguos.
Mientras tanto, en el ámbito de la tecnología, el ciclo de sustitución de los dispositivos electrónicos personales, como los smartphones, ha sido históricamente de dos a tres años, porque los componentes empiezan a desgastarse y las nuevas generaciones de software y sistemas operativos se vuelven menos compatibles con el hardware envejecido. Además, los programas informáticos suelen estar diseñados para incluir nuevas funciones y tipos de archivos que son incompatibles con las versiones antiguas del programa.
La obsolescencia planificada difiere de la obsolescencia percibida, que es cuando los diseñadores realizan frecuentes cambios estilísticos en sus productos, debido a la disminución de la deseabilidad percibida de los artículos que no están de moda.
la manzana de la obsolescencia programada
Antes de hablar de la obsolescencia programada, debo hacer un breve comentario sobre lo que es. O bien has llegado aquí porque quieres saber más sobre el tema o porque has visto el título y te has preguntado qué diablos significa.
Obsolescencia viene de obsoleto. Cuando algo es obsoleto, ya no es relevante, ya no se utiliza; está fuera de fecha. La forma más habitual de que un producto se quede obsoleto es que sea sustituido por algo nuevo, y aquí es donde entra la obsolescencia planificada.
La obsolescencia planificada es cuando se utilizan varias estrategias para hacer que un producto parezca indeseable, inútil y no deseado. Hay muchas maneras de que una empresa pueda hacer esto, y es una de las bases para que muchas empresas obtengan beneficios.
¿Cuántas veces has estado en el garaje o el sótano de alguien y has visto uno de esos viejos frigoríficos que todavía funcionan? Los frigoríficos nuevos (en la mayoría de los casos) no duran tanto como los antiguos, y hay una razón para ello. Las empresas saben que cuando su frigorífico se muera, usted comprará uno nuevo.
ejemplos de obsolescencia programada
¿Cada cuánto tiempo se adquiere un nuevo teléfono móvil? ¿Y un ordenador? ¿O un televisor? Lo más probable es que en los últimos años se haya “actualizado” con más frecuencia debido, en gran medida, al fenómeno de la obsolescencia programada. Este fenómeno significa que los aparatos tecnológicos no sólo dejan de funcionar después de cierto tiempo, sino que también se consideran obsoletos cuando se produce una versión mejor, o simplemente pasan de moda. El resultado es que la cantidad de residuos electrónicos crece constantemente y amenaza el medio ambiente.
En las últimas décadas, nos hemos acostumbrado a un ciclo de vida de los productos bastante corto, porque los productos se desgastan o se quedan obsoletos. En muchos casos, cuando un aparato se estropea, el fabricante nos dice que no es viable repararlo y nos sugiere que compremos uno nuevo. Sin embargo, estos productos dejan de funcionar porque están diseñados para dejar de funcionar y, en muchos casos, el fabricante ha programado cuidadosamente el final de su vida útil para obligarnos a comprar productos nuevos.
tipos de obsolescencia programada
Para los consumidores, esto significa que sus productos no duran tanto como podrían, e incluso los pequeños problemas tienen que ser resueltos por un reparador autorizado, a veces con mayores gastos, distancias y retrasos, especialmente si no quieren invalidar la garantía. Esto es un inconveniente para muchos, y podría decirse que afecta más a los consumidores más pobres y aislados geográficamente.
La vida útil de los productos electrónicos es cada vez más corta, y el número de aparatos defectuosos sustituidos en un plazo de cinco años ha pasado del 3,5% en 2004 al 8,3% en 2013. Al mismo tiempo, con una tecnología cada vez más inteligente, como la utilizada en los teléfonos, los residuos electrónicos y las necesidades de recursos aumentan con cada nuevo modelo. Por no hablar del peligro para la salud asociado al tipo de reciclaje de componentes que se realiza en el sector informal, especialmente en los países en desarrollo.
En diciembre se descubrió que Apple estaba ralentizando y desactivando deliberadamente las funciones de los modelos más antiguos de sus teléfonos. Afirman que así se garantiza que las baterías funcionen mejor y que el teléfono no se apague de repente. Pero otros sospechan que es una estrategia para empujar a los consumidores hacia una nueva actualización. Ahora, la fiscalía francesa, tras las demandas de usuarios de Estados Unidos e Israel, está investigando a Apple por estas acusaciones en virtud de la ley del país contra la obsolescencia programada. El organismo antimonopolio italiano también está investigando a Apple y Samsung por el mismo asunto. En este contexto, Apple ha anunciado que permitirá activar y desactivar la ralentización en sus teléfonos.