Las herencias son un tema que puede resultar complicado, incluso aunque entre los herederos existan buenas relaciones. La figura del albacea aparece para representar al fallecido y hacer cumplir sus últimas voluntades.
Cuando hay dinero de por medio, muchas veces surgen conflictos que pueden llevar a la ruptura de las relaciones familiares.
Muchas veces, el reparto de una herencia trae consigo problemas debido a que la legítima por ley es igual para todos los herederos, pero la persona que hace el testamento tiene una parte que puede dividir como quiera.
Esto hace que ante la lectura de un testamento y al darse cuenta de que la división no es tan equitativa, puede que alguno de los herederos esté en desacuerdo provocando enfrentamientos.
Pero, si hay algo claro, es la importancia de que las últimas voluntades de un fallecido se cumplan tal y como él solicitó. De ahí la importancia de la figura del albacea.
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Albacea ¿qué es?
Quizás haya persona que en algún momento han podido escuchar sobre la figura el albacea, pero no sepan muy bien quién es ni lo que hace.
El albacea es el encargado de que las últimas voluntades de un fallecido, expuestas en su testamento, se cumplan tal y como la persona haya dispuesto en ese documento.
Para que exista la figura del albacea, primero es esencial la presencia del testamento, y la persona designada para ser albacea debe aparecer en el mismo.
Gracias a disponer de esta figura, en caso de alguno de los herederos presente su negativa a firmar la herencia al no estar de acuerdo con la repartición, el albacea tiene el poder de recurrir y hacer cumplir la voluntad de la persona fallecida.
Qué tener en cuenta al escoger un albacea
El albacea se convierte en una persona muy importante en el reparto de la herencia, ya que es el responsable de hacer cumplir las últimas voluntades de la persona tras su fallecimiento.
Ante tanta responsabilidad es esencial que la persona designada para tal efecto, se preste voluntaria para ser albacea, sin coacciones.
Por otro lado, también es bueno que sea una persona ajena al testamento, es decir, que no sea uno de los herederos, para evitar mayores conflictos. Y al ser posible que tampoco sea familiar ni del fallecido ni de ninguno de los herederos para evitar suspicacias.
El albacea puede ser una persona o varias, en el segundo caso pueden dividirse las obligaciones que conlleva ser albacea.
Tener varios albaceas o que sea una entidad quien se haga cargo, puede ser una buena opción, teniendo presente que si el albacea muere antes que el testador, se pierden los derechos como albacea y si solo se ha escogido a esa persona, el testador pierde al responsable de mirar porque se cumpla su testamento una vez fallecido.
Qué funciones tiene el albacea
Las funciones del albacea dependerá de lo que la persona deje expuesto en su testamento. En estos casos podemos encontrar dos variantes:
- Albacea universal que se queda a cargo de todos los bienes hasta que se reparten.
- Albacea particular que solo se encargará de las obligaciones que se expongan con detalle en el testamento.
Las funciones que la persona fallecida deje a cargo del albacea, deben ser respetadas y cumplirse siempre y cuando no vayan en contra de ninguna ley.