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Displasia de cadera en perros sintomas
Perro con displasia de cadera caminando
Si su perro es de una raza grande, es probable que haya oído antes el término “displasia de cadera”; sin embargo, se trata de una enfermedad grave que todo propietario de una mascota debe reconocer. La displasia de cadera es una deformación de la articulación de la cadera que aparece cuando los perros están en sus primeras etapas de crecimiento. En este artículo, el Hospital Veterinario Kirrawee explora las causas y los tratamientos actuales de la displasia de cadera en los perros.
La displasia de cadera se produce cuando la bola del fémur no puede encajar correctamente en la cavidad de la cadera. Esto se desarrolla típicamente en perros jóvenes en crecimiento y algunos criadores notan los signos de la displasia de cadera tan pronto como cuatro semanas de edad. En otros casos, los perros pueden no mostrar síntomas hasta los dos años de edad. A medida que los perros envejecen, el problema empeora y puede afectar gravemente a su calidad de vida.
Hay muchos factores que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad. Las razas de perros grandes y gigantes son mucho más propensas a heredar genéticamente la displasia de cadera, por lo que los criadores deben evaluar cuidadosamente los cachorros que eligen como perros de cría para disminuir el riesgo. Entre estas razas más grandes se encuentran los labradores, los golden retrievers, los pastores alemanes, los san bernardos y los rottweilers, entre otros. Otros factores ambientales que contribuyen a la displasia de cadera son
Consecuencias de la displasia de cadera en los perros
En los perros, la displasia de cadera es una formación anormal de la cavidad de la cadera que, en su forma más grave, puede acabar provocando cojera y artritis de las articulaciones. Es un rasgo genético (poligénico) que se ve afectado por factores ambientales. Es común en muchas razas de perros, sobre todo en las más grandes, y es la causa más común de artritis de las caderas[1].
Durante el crecimiento, tanto la bola (la cabeza del fémur, o hueso del muslo) como la cavidad de la pelvis (acetábulo) deben crecer a la misma velocidad. En la displasia de cadera, este crecimiento uniforme durante la etapa de cachorro no se produce. El resultado es la laxitud (flojedad) de la articulación, seguida de la enfermedad articular degenerativa (DJD) o la osteoartritis (OA), que es el intento del cuerpo de estabilizar la articulación floja de la cadera[2].
En la anatomía normal de la articulación de la cadera, el extremo casi esférico de la cabeza del fémur (el caput, o caput ossis femoris) encaja en el acetábulo (una cavidad cóncava situada en la pelvis). Las superficies óseas de la cabeza del fémur y del acetábulo están cubiertas por cartílago. Mientras que los huesos proporcionan la fuerza necesaria para soportar el peso del cuerpo, el cartílago asegura un ajuste suave y un amplio rango de movimiento. La función normal de la cadera puede verse afectada por condiciones congénitas como la displasia, los traumatismos y por enfermedades adquiridas como la artrosis y la artritis reumatoide.
La displasia de cadera es genética en los perros
La displasia de cadera en perros, también llamada displasia de cadera canina (DCC), es una dolencia crónica de la cadera que afecta a perros de todas las edades. Cuando la mayoría de los propietarios de mascotas piensan en problemas de cadera, se imaginan a perros grandes y maduros luchando por salir de sus camas. Sin embargo, esto no siempre es así: incluso los perros jóvenes llenos de energía pueden ser diagnosticados con esta enfermedad. Aunque la displasia de cadera del perro es más común en los perros adultos de razas grandes, también puede afectar a las razas pequeñas y medianas y a los cachorros de tan sólo cinco meses de edad.
La displasia de cadera en perros es una malformación de la articulación de la cadera. Cuando las piezas de la articulación (la rótula y la cavidad) no encajan con normalidad, los huesos se rozan dolorosamente y la articulación de la cadera se vuelve inestable. Con el tiempo se produce una pérdida de cartílago y la enfermedad puede provocar dolor crónico o cojera y causar una enfermedad articular degenerativa a largo plazo (artrosis).
Aunque un cachorro puede nacer con unas caderas que parecen normales, a medida que crece rápidamente, las caderas pueden desarrollarse de forma que la bola quede suelta en la articulación. Si su cachorro experimenta alguno de los síntomas que se comentan a continuación, consulte con su veterinario para determinar si es necesario realizar más pruebas.
Razas de perros con displasia de cadera
Las caderas son articulaciones esféricas que normalmente encajan perfectamente para facilitar el movimiento. La displasia de cadera se produce cuando las articulaciones de la cadera no encajan correctamente y se vuelven inestables. La displasia de cadera provoca dolor, hinchazón, rigidez y, finalmente, artritis.
Los perros con displasia de cadera suelen empezar a mostrar síntomas durante su crecimiento (en torno a los 5-6 meses de edad). La enfermedad tiende a ser peor en los perros de razas medianas y grandes, en los que crecen rápidamente, en los que tienen sobrepeso y en los que hacen demasiado ejercicio cuando son jóvenes.
Algunos perros responden muy bien al tratamiento diario (control del peso, control del ejercicio y alivio del dolor), pero otros no lo hacen y requieren cirugía. Si su perro mejora con el tratamiento, es posible que tenga una vida larga y feliz.
La única forma de prevenir la displasia de cadera es dejar de criar perros con esta enfermedad. Existen programas de detección para comprobar que su perro tiene caderas sanas antes del apareamiento. Si elige una raza propensa a la displasia de cadera, pregunte al criador sobre las puntuaciones de cadera. Hable siempre con su veterinario antes de elegir un nuevo perro o de criarlo.